domingo, 25 de enero de 2009

Características del mundo sublunar según la importancia del número cuatro en la "Guía de los Perplejos"


Según el capítulo X del Libro II de la Guía de los Perplejos, el mundo sublunar está gobernado por las fuerzas que emanan de un mundo superior. Se puede admitir que cada uno de los cuatro elementos se encuentra bajo la influencia de una de las cuatro esferas principales, de manera que el agua estaría regida por la esfera de la luna, el fuego por la del sol, el aire por la de los otros cinco planetas, y la Tierra por la de las estrellas fijas. Igualmente hay cuatro causas del movimiento de las esferas. Alegorías de los cuatro grados de la escala de Jacob, de las cuatro legiones de ángeles de la tradición judía y de los cuatro carros de la visión de Zacarías. Queda establecido el universo cuaternario: cuatro elementos; cuatro esferas que los rigen; cuatro causas del movimiento de las cuatro esferas que rigen los cuatro elementos; Tres alegorías para ejemplificar estas relaciones. Para Maimónides el número cuatro es un principio natural.
Las cuatro causas de todo movimiento de las esferas serían: la figura de la esfera (su esfericidad), su alma, su intelecto por el que ella concibe y la inteligencia separada (objeto de su deseo). La explicación sería la siguiente: si la esfera no tuviera figura esférica, no sería posible que tuviera un movimiento circular y continuo. Pues la continuidad del movimiento siempre repetido sólo es posible en el movimiento circular. Pero sólo el ser animado, nos dice, puede moverse; es necesario entonces que exista un alma en la esfera. También es indispensable que haya alguna cosa que invite al movimiento (una concepción y el deseo de lo que ha sido concebido). Pero esto puede tener lugar únicamente por medio de un intelecto. Finalmente es necesario que exista un ser que haya sido concebido y que sea objeto del deseo. De las esferas descienden cuatro fuerzas hacia nosotros: la fuerza que hace nacer los minerales, la del alma vegetativa, la del alma vital y la del alma racional. Estas fuerzas son de dos especies: de hacer nacer todo lo que nace y de conservar la cosa nacida. Se alude al tetragrámaton; también a los cuatro niveles de interpretación del infinito significado del mundo divino.

sábado, 17 de enero de 2009

Acerca del significado del Ein y del Ein Sof

En el Sefer ha-Zohar Dios el trascendente es llamado Ein. Esto significa no cosa no ser, pues Él está más allá de la existencia. Ein no tiene referentes temporales ni espaciales. Dios es absolutamente nada, lo cual va emparejado con la teología negativa de Maimónides. Si a Ein le agregamos la palabra sof, que significa fin, Ein sof es "sin fin". Ein sof es el inmanente, el Dios Absoluto. En un acto de absoluta voluntad, Dios reflejó el espejo de la existencia. Un acto de contracción o tsimtsum. De Ein sof or, o la luz infinita que rodeaba el vacío, emanó un rayo luminoso desde la periferia hacia el centro. Tal rayo de voluntad divina (kav), tal fuerza creadora de Dios, se manifestó en diez diferentes aspectos, que son las sefirot. En el Zohar se dice que más allá de este punto no se conoce nada, por eso es llamado reshit (principio: la primera palabra de todas). En el Zohar se indaga acerca de que la primera palabra divina sea Bereshit (en el principio), que sea bet y no aleph la primera letra.

El Zohar distingue claramente dos mundos que representan a Dios. En primer lugar, un mundo primario, que es el mundo del Ein sof. El otro mundo es el mundo de los atributos o las sefirot. El segundo proviene del primero.

domingo, 11 de enero de 2009

Las diez sefirot y su significado según el Sefer ha- Zohar

La palabra sefirot se refería originariamente a las esferas o regiones divinas. El termino fue tomado del “Libro de la Creación” o Sefer Yetsirá. Posteriormente tendrá el significado de emanaciones., al menos así es en el Sefer ha Zohar o "Libro del Esplendor", atribuido a Moshé de León. Según se supone, a partir del Zohar, de Ein sof or, o la luz infinita que rodeaba el vacío, emanó un rayo luminoso desde la periferia hacia el centro. Tal rayo de voluntad divina (kav), tal fuerza creadora de Dios, se manifestó en diez diferentes aspectos:

Keter. La corona suprema de Dios.
Jojmah. La sabiduría o idea primordial de Dios.
Binah. La inteligencia divina.
Hésed. El amor o la misericordia de Dios.
Gevurah o Din. La fuerza o el poder de Dios manifestado principalmente como el poder juzgar y castigar severamente.
Tiferet. Belleza. También, de hecho la mayor de las veces, llamada Rajamin o compasión. La compasión de Dios, en la que recae la tarea de mediar entre las dos sefirot precedentes.
Netzah. La paciencia infinita de Dios.
Hod. La majestad de Dios.
Yesod. La base o fundamento de todas la fuerzas activas de Dios.
Maljut. El reinado de Dios, descrito generalmente en el Zohar como el Kenéset Israel, el arquetipo místico de la Comunidad de Israel o como la Shejinah.


Este proceso de emanación de la energía y de la luz divina puede considerarse, también, como un proceso en que se despliega el lenguaje divino. Las sefirot nos son esferas secundarias o intermediarias que se interponen entre Dios y el universo. No son como, digamos, las “etapas intermedias” de los neoplatónicos, situadas entre el Uno Absoluto y el mundo de los sentidos. Son más bien las fases diversas de la manifestación de la Divinidad que proceden unas de otras y se suceden unas a otras. La suma total de las manifestaciones divinas constituye una estructura simbólica muy compleja, en la que casi cada palabra de la Biblia corresponde a una de las sefirot. Esta correspondencia permite basar la interpretación cabalística de la Biblia en la afirmación de que cada versículo no sólo describe un hecho natural o histórico sino que, además, es un símbolo de una etapa del proceso divino, un impulso de la vida divina. Keter representaría el lado masculino de Dios. Maljut, el lado femenino. Aquí un aspecto erótico cabalístico. Las relaciones entre las sefirot están gobernadas por tres principios divinos no manifiestos o esplendores ocultos que son: la Voluntad Primordial, la Misericordia y el Rigor o Justicia. La Voluntad mantiene el equilibrio, la Misericordia expande y el Rigor constriñe el fluir de la emanación divina.

El aleph impronunciable representa el infinito significado del mundo divino. Representa las emanaciones lingüísticas, las que se refieren en sentido estricto a la Torá. Si Keter y Maljut son dos opuestos complementarios, principio y fin, en la corriente del círculo, entonces podemos decir que ambas sefirot se desprenden de una sola emanación (ein sof or). Aleph sería entonces la infinita posibilidad del mundo divino, la infinita posibilidad de Dios en el universo.

sábado, 10 de enero de 2009

Prólogo

Hace algunos años, quizá cinco, me propuse crear un blog, cuando apenas eran una idea imprecisa en la convicción de algunos, y cuando todavía no estaba claro para qué se escribía o a quién se escribía. Cuando los blogs eran excluidos por el anacoreta de las letras, que no los consideraba como una forma de expresión para la escritura, es decir, para la escritura culta: el problema era la falta de una institución proveedora de normatividad, todo era para el anacoreta de las letras libertinaje e ignorancia. También existía el problema del ámbito de ejercicio, porque el libro tiene el prestigio de la historia y la perseverancia de la cultura, en cambio el blog proyectaba la existencia de un gran monstruo anencefálico y verbudo. Platón cuenta la historia de Theuth que inventó la escritura y el reproche del dios Thamus, rey de Egipto, quien le mostro que su invento llevaría el olvido a los hombres. Platón sabía que los egipcios eran un enigma de enigmas, sabía que habían creado un mundo entero de realidades simbólicas indescifrables, divinas. Los libros han sido el otro gran universo de sentidos. Quizá el libro es un simulacro que lleva una cifra de fuego blanco, el hilo de Ariadna dentro del laberinto de los desmemoriados. Borges escribió en alguna parte que los libros son una extensión de la memoria. El blog es una extensión civil y proletaria de los libros. Son su negación y su posibilidad. Son un arma de libertad pero también su suicidio. Los blogs también han creado sus jueces y sus verdugos, también han castigado al que infringe sus leyes: todas llevan la sangre de los sacrificados. El que escribe un blog entiende prefectamente el complejo sistema de la causalidad, y los rigores de la primera letra. El anacoreta de las letras tal vez guarda silencio mientras espera en calma que la gran sombra universal de la justicia se vierta entera, eterno retorno, sobre mil almas de blogeros, sospecho que está seguro de que al menos ha contaminado algunas almas con sus furores incúbicos. Por mi parte, logré recuperar las entradas de aquél antiguo espacio cibernético, creo que ese será mi primer segundo paso dentro de las dinastías de escritores de la Red. Son tres entradas sobre temas cabalísticos, que deben tener más de cuatro años desde que las escribí. Al termino de su publicación, trataré otros temas según mi inconstante humor melancólico.